jueves, 14 de octubre de 2010

Vistas desde Brooklyn.

Una vez le escuché decir a alguien que un blog personal, como éste que acabo de empezar, era un diario abierto al mundo. Qué horror, no? Yo no contaré detalles (¿o sí?) de mi maravillosa vida privada porque mi pudor y mi absoluta falta de ego me lo impiden. Pero entonces, ¿por qué he abierto un blog? Mi amiga Mari-Sofi, que sigue la vanguardia de la información, y que además es la cuarta chica más guapa de Ferrol, se abrió uno ayer. Mari-Sofi ya tuvo un fotolog, que con tan sólo cinco actualizaciones, se convirtió rápidamente en un flog de culto. Estoy seguro que a su blog le pasará lo mismo, morirá de éxito; es decir, desaparecerá en el olvido por falta de lectores.

Pero seamos posivitos y saquemos la Rory Gilmore que todos llevamos dentro. Estamos en otoño, y el otoño es una época perfecta para quedarse en casa a disfrutar de las inclemencias del tiempo, leer esos libros que deberías haber devuelto a la biblioteca hace tres meses o que has robado en alguna librería sin alarmas, deprimirte escuchando discos de Devotchka, ver películas inglesas en V.O. que ni siquiera a ti te gustan  y, sobretodo, actualizar tu blog.

He creado este blog con el firme propósito de contar cosas divertidas sobre mi día a día, de reírme mientras lo escribo y que alguien ser ría mientras lo lee. ¿cuál morirá antes, mi blog o el de Mari-Sofi? Ella tiene la ventaja de que es más ingeniosa y pizpireta-siempre quise usar esta palabra-que yo, pero yo soy un invertido de 28 años, que nunca ha tenido una relación seria y que tiene a Mary Poppins y Sonrisas y Lágrimas como películas favoritas. ¿hay algo más ridículamente divertido y entretenido para un lector? Pues ya está.

Esta primera actualización me ha quedado estupenda...